Blogia
Amanciero soy

Derechos Humanos

Mujer con derechos

Mujer con derechos

Catalina hace un gesto de  desprecio. Echa a un lado el periódico donde leía sobre la privación de derechos y las desventajas sociales y económicas de las féminas en un país de este convulso mundo. ¡Hasta cuándo sufrirán estas humildes  mujeres esos vejámenes!, susurra y mueve la cabeza en señal de negación.

Catalina Guerra, es una de las  1183 amancieras que trabajan en el sector de la Educación (66,4% del total de trabajadores del sector) y una de las 203 que ostentan el título de  máster en ciencias que laboran  entre pizarrones, libros, libretas y tizas.

Recuesta el sillón y medita sobre las oportunidades que la alborada del primero de enero regaló a la mujer cubana. Regalo convertido en reconocimiento por el protagonismo de las mujeres en disímiles encomiendas, entre ellas, las guerras
emancipadoras y la construcción de una nueva sociedad.

Narra como si estuviera en el aula o entre los libros de una Biblioteca: "hoy en Amancio somos el 85 por ciento del universo laboral; una dirige el central azucarero, 730 se desempeñan como trabajadores del sector no estatal y 24 son
delegadas del Poder Popular.

Pero hay más. Se dice y mira a sus alrededores. Casi habla sola: en diferentes puestos de dirección están ubicadas 92 compañeras, ellas son el 62,5 de los cuadros del municipio, pero como si todo eso fuera poco,340  reciben las bondades de la asistencia social, ya sea por invalidez parcial o total y además se les  proporcionan otras prestaciones económicas y sociales.

Catalina recoge los libros. Dobla el periódico. Levanta la cabeza y se apresta para el regreso al hogar. Allí aguarda la ternura de la nieta primigenia, los hijos (uno Máster en Ciencias de la Computación, el otro, estudiante de enseñanza media) y el esposo, cuadro y licenciado en Educación.

Mientras camina y entre saludos ocasionales y la visita a la bodega, siente las penurias que allende los mares sufren mujeres con desventajas sociales, económicas y políticas, aunque, ninguna es cubana.

Betica y Milagritos, en la felicidad de una isla

Betica y Milagritos, en la felicidad de una isla

Betica y Milagritos son dos niñas amancieras de un año y seis meses de vida, respectivamente. Ellas, al igual que el resto de los infantes cubanos, tienen asegurada la atención en  sistemas gratuitos de salud  y educación.

Nada, hechizos de una isla encantada por obra y gracia de una Revolución Socialista.