28 mil corazones y una luz

El salón central de la Casa de la Cultura Sergio Reinó Reina, inmueble construido en 1920, como nunca sintió el paso firme, cargado de dolor, como sinónimo de lealtad y firmeza de los amancieros que llegaron hasta allí para patentizar con su rúbrica, el compromiso de ser fieles al Concepto de Revolución, expresado por Fidel Castro, en mayo de 2000.

Escenas similares se repitieron en toda la geografía del más occidental de los municipios tuneros. Hasta allí con grafías envidiables, rudos trazos o simples y temblorosos rasgos, llegaron 28 mil 460 corazones para dar luz de aurora en luctuoso homenaje al Líder de la Revolución Cubana.

Las principales autoridades políticas y gubernamentales de la localidad se fundieron con el dolor expreso de mujeres, obreros, campesinos, niños, jóvenes, ancianos y militares para en unas 48 horas convertir la institución cultural en templo de honra y sentir por la muerte, el pasado 25 de noviembre, del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Una rosa, un ramo de flores, lágrimas, rostros contraídos por el sentimiento y el dolor, todos como manifestación de respeto por la muerte del inmortal guerrero, cuyo tránsito hacia la eternidad, llevará hasta la carretera central una representación de amancieros para tributarle el adiós infinito.

El 3 de diciembre las cenizas de Fidel Castro serán sembradas en tierras santiagueras. El cementerio de Santa Ifigenia, será nuevamente noticia. Hasta allí llegarán los despojos mortales del mejor de los discípulos de José Martí, quien responderá al Maestro con un: Misión Cumplida, ¡Hasta la Victoria Siempre!