Amor en clave de libertad
En esta vida entre días oscuros
y días claros, alzo mi canto.
Grito con una voz con la que espanto
toda mi soledad, rompiendo muros.
Antonio Guerrero.
Sostiene con manos nerviosas un manojo de cartas y recortes de periódicos. Su rostro sereno y dulce, deja traslucir rabia, dolor, esperanza…No entiende cómo la justicia puede ser maniatada al extremo de la burla. “Es inconcebible que en los propios Estados Unidos se cometa una estupidez como la de encerrar a personas inocentes por crímenes que no han cometido”.
Cuando llegué a su casa, no imaginaba la complicidad que alcanzaría el diálogo con Gilda Medina Ibarra. Esta amanciera defiende con pasión los mismos sueños y anhelos por los que cinco compatriotas suyos están pagando un alto precio en las cárceles de la desidia.
Particularmente, demuestra especial admiración por Antonio Guerrero, para los cubanos Tony, y su mamá Mirtha. “Cuando la veo en la televisión hablando de su hijo, con lágrimas en los ojos o tratando de contener la tristeza, no puedo evitar emocionarme, porque también soy madre”.
Con gestos suaves y enérgicos, revela su afinidad por Tony “porque a él le gusta la poesía, la pintura, la filatelia, el ajedrez; o sea, tiene muchas cosas en común conmigo. Aquí tengo un file con un resumen de las biografías, no sólo de él, sino de Gerardo, Ramón, Fernando y René”.
Ya le ha enviado cuatro misivas y se apresta a plasmar otra vez su mensaje de aliento. “Le cuento que cuando se convocan actividades políticas en mi municipio, o me llaman de mi CDR o la Federación, se aprovecha el marco para denunciar la infame decisión de la Corte Suprema norteamericana de no revisar el caso de Los Cinco”.
“Como la poesía de Tony es musical, la declamo para transmitir sus sentimientos, no solo filiales, sino también patrióticos y antimperialistas. Y te digo más: es muy difícil hacerlo, porque todos los poemas son preciosos, por ejemplo Madre mía, expresa una hondura tal, que el día en que lo recité por primera vez en público, sus últimos versos los dije casi llorando”.
Las nuevas maniobras de la administración de Barack Obama, causan la indignación de Gilda. Aunque está convaleciente, tomó la pluma para reafirmarle a Tony y sus compañeros de lucha que no están solos en la batalla por su liberación.
“Siento en lo más profundo de mi corazón, el dolor de las madres, esposas e hijos de Los Cinco, Cuba no los abandona en este momento crucial y no tengo dudas de su regreso. Espero que mi salud me permita vivir ese momento, por eso considero que la solidaridad debe multiplicarse y así romper el muro de silencio”.
Como un reto a la vida, no pierde la fe en que el próximo 16 de octubre, Tony pueda celebrar su cumpleaños junto a Mirtha, sus hijos y los cubanos todos. “En mi carta, también le envío un poema que escribió mi esposo Oney Alvarez, titulado “Sé que existen”…, del cual seleccioné estos fragmentos:
Sé que existen la injuria, el improperio,
ardides y artimañas
en la mafia y el imperio.
Sé que existen debilidad y vicio
y los que de ellos
obtienen beneficios.
Sé que existe la codicia
y los que ciegos de avaricia
se envilecen, agreden, usurpan, matan,
sin importarles qué cerebros mutilan
ni qué derechos arrebatan.
Pero lo más triste es no sumergirlos en su tinta
y teñirlos del color de su conciencia.
Fue una mañana calurosa, pero edificante. Me marché con el alma fortalecida, pues ejemplos como el de Gilda Medina Ibarra no detendrán la incesante pelea por la libertad. Sin duda alguna, las cadenas que mantienen prisioneros a Tony y sus hermanos de lucha se romperán ante el empuje arrollador de los ideales más puros.
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