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Amanciero soy

Colores

Randy Alonso Falcón

La vida es diversa y llena de colores. Aunque más de uno intente pintarla exclusivamente en blanco y negro. Extremistas, mentirosos y manipuladores perversos se alistan en el acromático campo.

Por estos días, algunos políticos grises y diarios o revistas llenos de páginas en colores, hablan de una Cuba magnificada en el blanco (de vestimenta, no de alma) de ciertas damas asalariadas y el negro que le atribuyen a un sistema “horrendo” al que hay que atacar, vilipendiar, destruir, en nombre de los intereses del capitalismo mundial.

Pero tan maniquea y difundida visión estalla ante la multitud de colores que anima a la Cuba de un marzo 2010 con frío y calor, con lluvia y sequía, con papa y sin malanga.

El rojo, azul y blanco de Cuba y Puerto Rico colmaron de jóvenes una Tribuna simbólica para contonear caderas y compartir solidarios mensajes al ritmo telúrico y pensado de Calle 13.

El naranja y el azul abarrotan estadios, comparten espectaculares jugadas beisboleras, animan dicharachos y caricaturas, y provocan hogareñas discusiones por el dominio del televisor.

El verde llegó hasta el Oriente del país para llevar solidaridad, calma, orientaciones y sensibilidad humana, con la presencia de Raúl tras el impacto causado por el movimiento telúrico.

Los muchos colores del Árbol de la Vida se apropiaron de Casa de las Américas cuando Silvio habló de los matices de nuestra sociedad al presentar su “Segunda Cita”, y reafirmó un compromiso nada complaciente que llama a profundizar el surco de la huella, reverdeciendo sol, luna y estrellas.

La realidad, rica, diversa, multicromática, está ahí, con nuestras alegrías y pesares, con nuestros logros e insatisfacciones, con nuestros sueños y limitantes, por más que algunos, los obtusos de siempre, se empeñen otra vez en verla sólo de blanco y negro

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