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EJT, 40 años entre el surco y la defensa

La nostalgia se adueñó de las pupilas de Alcides, Bazán, Céspedes y otros fundadores del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) quienes junto a un grupo de bisoños soldados llenaron el encuentro de remembranzas y cálidos recuerdos, trayendo a nuestros días historias y pasajes de hace 40 años.

El EJT surgió de la fusión de la Columna Juvenil del Centenario, un contingente de la Unión de Jóvenes Comunistas que en 1968 partió a apoyar el desarrollo en las entonces casi deshabitadas sabanas de Camagüey, con las unidades de infantería permanente de las FAR.

En agosto de 1973 se creó la División 82339, integrada por 10 batallones en Amancio   y 6 en Colombia, la finalidad de estas fuerzas era abastecer de materias primas a los dos ingenios de la zona, industrias con un potencial cañero de alrededor de un millón de arrobas.

De ahí que hoy las fuerzas de esta estructura dislocadas en  los municipios del sur de la provincia, Manatí,  Majibacoa y  Las Tunas, sientan el compromiso de mantenerse en la vanguardia de la producción de alimentos, la rehabilitación del ferrocarril y  las labores agroazucareras, sin soslayar las tareas de la defensa.

La ceremonia de recordación, presidida por autoridades políticas, gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias,  fue  escenario idóneo para reconocer el desempeño ejemplar de oficiales, soldados y trabajadores civiles, además de entregar las cartas de licenciamiento a jóvenes que cumplieron sus misiones en la rehabilitación de líneas férreas.

Como parte de las celebraciones un grupo de oficiales fue ascendido al grado inmediato superior, mientras que la UEB Agropecuaria de la jefatura territorial, recibía de manos del coronel Marlón Vázquez Rodríguez, jefe del Estado Mayor del EJT, la bandera que la acredita como la mejor de esa fuerza en Las Tunas.

 

 

 

 

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