¿Indulto a la mentira o castigo a la verdad?
La decisión de un panel de tres jueces del Onceno Circuito de Apelaciones de Atlanta, Georgia, donde ratifica las condenas de los Cinco antiterroristas cubanos, prisioneros en cárceles de Estados Unidos desde 1998 y los resultados de la sesión expedita del panel de tres jueces de la Corte de Apelación de Nueva Orleans que convocó y presidió la audiencia en el caso migratorio del terrorista Luis Posada Carriles, viene a confirmar una vez más el doble rasero de la política de la administración norteamericana.
Para el abogado José Pertierra, quien representa al Gobierno de Venezuela en la solicitud de extradición del terrorista internacional, “la conducta de los jueces en el caso del autor de la voladura de un avión cubano en pleno vuelo en 1976, forma parte del circo que tiene montado el gobierno de los Estados Unidos para proteger y amparar a Posada Carriles”.
Según Pertierra “el hecho de que exista un caso penal contra el terrorista, justifica que funcionarios del Departamento de Estado vayan a las Naciones Unidas (ONU), a la Organización de Estados Americanos (OEA) y argumenten de que están haciendo algo para procesar al criminal”.
Para el abogado las autoridades estadounidenses procesan a Posada Carriles por mentiroso y no por terrorista, en una especie de “maniobra engañabobos”, y que en vez de cumplir con los compromisos internacionales y enjuiciarlo, lo que ha hecho es acusarlo de indocumentado y después de mentiroso, como si los crímenes que penden sobre su conciencia no valieran.
El destacado jurista aseguró que de esta forma el gobierno de Estados Unidos en vez de asumir su obligación de condenarlo o extraditarlo a Venezuela desvía las imputaciones de terrorismo y homicidio. Pertierra no duda que el presidente Bush indulte al criminal antes de terminar su mandato, tal como hizo su padre con Orlando Bosch.
Mientras tanto la Corte de Atlanta dictaminó que "carecían de mérito" los argumentos presentados contra la declaración de culpabilidad de los Cinco. Por lo que Antonio, Gerardo, René, Fernando y Ramón deben ser recondenados en Miami en una absurda pero intencionada jugarreta política de las autoridades y los grupúsculos contrarrevolucionarios asentados en esa nación.
¿Es que acaso en la política estadounidense se contempla como piedra angular de su justicia el indulto a la mentira y el castigo a la verdad?
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