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Amanciero soy

El precio de la infamia

La Televisión cubana nos trajo imágenes propias de un mundo lleno de egoísmos banales y prejuiciadas acciones de un grupito de asalariados que a nombre de Vigilia Mambisa, en plena calle, destruían discos del popular cantautor colombiano Juanes.

Y es que el concierto “Paz sin fronteras” de La Habana, despertó el baúl de miserias humanas que anidan los ventajistas y payasos de la gusanera miamense y echó a andar una retahíla de groseras reacciones, con pulóversito agregado.

Grupúsculos de trasnochados y frustrados “patriotas made in USA”, luego de recibir el estipendio de la desvergüenza, armaron el circo frente a las intencionadas cámaras como una muestra más de fanatismo, soberbia y petulancia.

Una llamada telefónica en la mañana de este domingo cubano por la paz, daba cuenta del sublime y politizado show de quienes son capaces de vender su alma, sí es que la tienen, al diablo por tal de recibir las migajas en nombre de la democracia y a cambio de una paga sucia.

Nada, mientras ellos se remuerden los hígados y mejoran la canasta monetaria con la torcedura de sus intestinos, en la Cuba de todos los cubanos dignos, los de allá o de acá, se entonarán himnos de amor y el clamor de un pueblo libre, cantará la canción de la paz y la libertad.

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