Sintonía con la tierra
Dicharachero, eso que en buen cubano se traduce como persona con un cuento o una jarana en la punta de la lengua, es Eugenio Javier García Cisneros. Este amanciero acumula 52 años de vida y es un apasionado de remate al trabajo creador, la experimentación y al buen hacer.
Son conocidos sus desvelos por el cuidado de todo ser vivo ¿Dígame si cuidar y alimentar a casi 120 jicoteas, no es una muestra palpable? Eso de relacionarse con la naturaleza y aprovechar de ella todo lo que pueda, constituye un arte para este hombre sencillo y humilde.
Eugenio Javier se desempeña como operador del Grupo Electrógeno (GE), en la emisora Radio Maboas, pero en sus tiempos libres, destierra al ocio sembrando cuantas plantas le caen en las manos o ayudando a cualquier compañero o vecino en aprietos.
Así en un área, según sus propios cálculos, de algo más que un cordel, la vista se tonifica entre sembradíos de boniatos, frijoles (diversas variedades), yuca, plátanos, fruta bomba, ajo puerro, ñame, limón, además de plantas ornamentales.
En los alrededores de su punto de trabajo, Eugenio suda, se agacha, siembra e incluso cuando no es su turno de faena, lo visita por aquello de que: el ojo de amo… protege y hace crecer los cultivos.
Un recorrido por las áreas colindantes al GE de la radioemisora del municipio tunero de Amancio, permite transpirar esperanzas, embriagarse del espíritu laborioso de un hombre campechano y espontáneo, comprometido con el buen hacer que orla su servicio diario, para materializar la prédica martiana donde reza que (…) del trabajo continuo y numeroso nace la única dicha, porque es la sal de las demás venturas (…)
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