Blogia
Amanciero soy

Historia

Vivos como siempre

Vivos como siempre

 

Cuentan que al filo del mediodía del aciago 18 de septiembre de 1949, las volutas de humo que emanaban las empinadas chimeneas del añejo ingenio semejaban lágrimas provocadas por el dolor, que los torpes movimientos de la maquinaria, junto al guarapo arrancado de las entrañas de las cañas, destilaban luto e impotencia.

¿El motivo?  a unas pocas cuadras, en un local colmado de rostros ávidos de respuestas y atención a sus demandas, la traición vestida con atuendos de mentiras y odio, consumaba el crimen, ese que pasó a los anales de la historia del movimiento obrero cubano, como el horrendo suceso del central Francisco.

El escenario de una asamblea obrera, donde se suponía que líderes sindicales pusieran sobre el tapete las curas necesarias a los desmanes de quienes administraban la fábrica azucarera y se cumplieran las promesas pendientes de solución, sirvió de ocasión idónea para consumar el asesinato de Amancio Rodríguez Herrero, máximo impulsor de esos reclamos.

Ante la demagogia y palabrerías vacías del pistolero, disfrazado de representante obrero y la negativa de la presidencia de concederle la palabra al genuino líder sindical, Amancio exclamó a escasos dos metros del podio: “me dan la palabra o yo la tomo”, uniendo, de esa forma, la voz a la acción, encaminó sus pasos a la tribuna escoltado por atronadores aplausos.

El júbilo fue apagado por disparos que impactaron, a mansalva, el cuerpo del valiente secretario general del sindicato de los trabajadores azucareros del central Francisco y sus colonias. Junto a él caía, José Oviedo Chacón, fiel compañero de luchas y aspiraciones. Sus victimarios, ayudados por efectivos de la guardia rural, lograron escapar y en una jugarreta política, fueron a juicio por riña tumultuaria.

Quiso el destino que, en la triunfante Revolución, fuera un trabajador del nacionalizado ingenio, quien recordara la profecía del capitán de la clase obrera cubana, Lázaro Peña, cuando en el entierro de los líderes expresó: “este crimen no quedará impune, este crimen será vengado … y cuando eso ocurra, este central se llamará Amancio Rodríguez”.

La alborada del enero rebelde y victorioso entregó los destinos del ingenio azucarero a la masa proletaria, de esa forma la justicia se enseñoreó en estos predios, como permanente homenaje a la memoria del joven sindicalista ultimado a los 32 años de edad y con una trayectoria que sirve de referente a presentes y futuras generaciones.

Arsenio, el fundador

Arsenio, el fundador

Los ecos de la fundación, en 1925 por Carlos Baliño y Julio Antonio Mella, del primer Partido Comunista de Cuba, encontraron oídos receptivos en los predios del antiguo central Francisco.

Según apuntes publicados por Facundo Martínez Vaillant, fue el joven Arsenio Yero Álvarez, quien en 1932 crea la primera célula o núcleo de comunistas, en el territorio del actual municipio de Amancio.

Arsenio llegó a esta zona acompañando a sus padres, quienes se establecen en esta localidad, con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida.

Cuentan que tras un deambular por varias colonias cañeras, finalmente, la familia encuentra acomodo en el batey del ingenio, allí Yero Álvarez, alcanza la madurez ideológica que le permite convertirse en un respetado y querido líder.

Su tránsito por oficios como cantinero, primero, y luego de aprendiz de soldador, hasta consolidar sus conocimientos y clasificar, por su competencia, con aval de técnico en soldadura eléctrica y autógena.

Ante la negativa de los representantes de la Francisco Sugar Company, de trasladarlo a un puesto con mayor remuneración económica, protagoniza su primera protesta, acción que lo conduce a su primer arresto con sólo 16 años.

En fecha tan temprana como 1933, encabeza el buró obrero del sector azucarero, convirtiéndose en uno de los más destacados integrantes de Defensa Obrera Internacional, asumiendo particular protagonismo en el reclamo de mejores condiciones laborales y salarios los trabajadores.

Como consecuencia de los ideas progresistas y arraigo en la masa trabajadora, fue detenido, vejado y golpeado, causas, que, junto al hambre, le provocan enfermar de una terrible tuberculosis.

La cruel persecución y el padecimiento lo obligan a trasladarse a la capital del país, allí recibe atención médica, pero no cesa en su empeño de continuar la lucha por las vindicaciones proletarias y regresa al central Francisco.

Ya en 1939 organiza y encabeza el comité gestor del sindicato azucarero, la enfermedad lo azota con mayor fuerza, pero, Arsenio, no abandona sus responsabilidades, un año después, los trabajadores lo eligen como Concejal del ayuntamiento de Santa Cruz del Sur.

El 9 de febrero de 1941, cuando sumaba 29 calendarios, en pleno auge de las luchas por el bienestar de los obreros del central y de los campesinos de Hato Estero, falleció Arsenio Yero Álvarez, fundador del Partido Comunista en el territorio que hoy ocupa en municipio de Amancio.

Fidel

Fidel

Imagino el ajetreo en el paraje campestre de Birán, aquel trece de agosto, cuando el grito de advenimiento de una nueva vida quebró la tranquilidad, renovando la alegría del matrimonio formado por Lina y Ángel.

Una infancia cargada de inquietudes presagió, desde entonces, una adolescencia inquieta, ungida de humanismo y una sed de conocimientos insaciable, que incluyó a la letra impresa y a cuanto material acompañara el aprendizaje.

Así creció un ser, que, bajo la cobija de una férrea formación académica, forjó valores. Valores, que, al referirse a ellos, uno de sus profesores en el colegio de Belén, afirmó: “Siempre vi en Fidel Castro madera de héroe y estaba convencido de que la historia de su patria algún día tendría que hablar de él”.

Los estudios de derecho, el ambiente universitario, junto al intercambio de ideas, y la situación reinante en la capital del país, contribuyeron a la formación de una personalidad integral y como génesis de una cultura política, que la propia vida se encargó de enriquecer y consolidar.

Las manifestaciones estudiantiles contra los desmanes de los gobiernos atados a dictámenes del poderoso vecino del norte, encontraron el su ferviente verbo la expresión genuina del endémico patriotismo de aquel joven, nacido en el Oriente cubano, cuya madurez ideológica aceleró su nacimiento como líder y referente, indiscutible.

El convencimiento sobre la necesidad de un viraje al espectro político del país lo condujo irremediablemente, al enfrentamiento al régimen y a la organización de aquellos grupos de jóvenes que tenían total coincidencia con sus aspiraciones y razones para encontrar en la lucha armada el remedio a los males que aquejaban al país.

Su estatura revolucionaria creció en el propio fragor del movimiento, que, más tarde, lo acompañaría en gestas como el Moncada, la prisión fecunda, el fértil exilio, a la temeraria expedición, desembarco, dispersión, Cinco Palmas, batallas en la Sierra Maestra y el llano, hasta el contundente y definitivo triunfo del enero de luces y esperanzas.

La Historia lo absolvió y como martiano convencido, encabezó el movimiento revolucionario mundial y toda acción que conduzca al mejoramiento humano, a la justicia social y al bienestar de los pueblos, como estandarte de luces, victorias e ideas renovadoras.

Hoy, en ocasión del festejo por tu nonagésimo séptimo cumpleaños, me atrevo a transgredir el hermetismo de tu modestia y, como muchos, ser fiel depositario de tus ideas, principios y legado, ¡enalteciéndote, #PorSiempreFidel!

Ya estamos en combate

Ya estamos en combate

Raúl Gómez García, quien con su verticalidad y firmeza de principios encontró cobija en la historia patria como el “poeta de la Generación del Centenario”, nació en la habanera barriada de Santos Suárez, el 14 de diciembre de 1928.

Este joven, amante de la obra de José Martí, consagró sus días y noches juveniles al estudio, a las colaboraciones con publicaciones estudiantiles. Destacada fue su participación en actos cívico y en cuanta actividad patriótica pudiera asistir.

Recogen las páginas relacionadas con la acción del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba, que un grupo de jóvenes guiados por el abogado Fidel Castro Ruz, entre ellos Raúl Gómez García, se enrolan en la aventura revolucionaria de tomar por asalto el cuartel Moncada.

Unos días antes de la acción, el 17 de julio de 1953, Gómez García, escribió su poema, “Ya estamos en Combate”. Obra leída, en la granjita Siboney, en la mañana de la Santa Ana, antes de salir a vindicar la memoria de Martí combatiendo en los muros de la fortaleza militar.

También y cumpliendo indicaciones del jefe del movimiento revolucionario, el poeta y revolucionario, escribió, el 23 de ese mes, “El Manifiesto del Moncada a la Nación”, documento que no se transmitió al pueblo, fue sin dudas, la reafirmación de principios de los valerosos jóvenes que se inmolaron en los muros del Moncada para que el Maestro no muriera en el año de su centenario.

Gómez García fue capturado en la acción bélica y la soldadesca, sin asomo de escrúpulos, lo asesinó, aunque con su gloriosa muerte, no pudo borrar su impronta en las generaciones que culminaron la obra inconclusa y nos legaron un país libre e independiente, borrando siglos de sometimiento, injustica y desigualdades.


Ya estamos en combate
Por defender la idea de todos los que han muerto.
Para arrojar a los malos del histórico Templo
Por el heroico gesto de Maceo,
Por la dulce memoria de Martí.
En nuestra sangre hierve el hado azaroso
De las generaciones que todo lo brindaron,
En nuestros brazos se alzan los sueños clamorosos
Que vibran en el alma superior del cubano
Ya estamos en combate......
En nombre de las madres y de los hijos de nuestra tierra heroica
En nombre del honor y del decoro que construyó su historia
Por la estrofa magnífica del himno
«Que morir por la patria es vivir»
La libertad anida entre los pechos de los que viven hombres
Y por verla en la estrella solitaria es un honor luchar
A la generación del centenario le caben los honores,
De construir la patria que soñara el Maestro Inmortal.
Ya estamos en combate...... ¡Adelante!
Adelante hasta el nido superior de la gloria
Para que nazca en esta nueva aurora
La república digna y decorosa
Que fue el último anhelo de Chibás.
No importa que en la lucha caigan más héroes dignos
Serán más culpa y fango para el fiero tirano
Cuando se ama a la patria como hermoso símbolo
Si no se tiene armas se pelea con las manos.
Ya estamos en combate...... ¡Adelante!
De nuestra lucha heroica depende la Cuba verdadera
La de furia loca de Gómez y Agramonte...
La de la lucha pura de Mella y de Guiteras...
Adelante, Cubanos...... ¡Adelante!
Por nuestro honor de hombres ya estamos en combate
Pongamos en ridículo la actitud egoísta del Tirano
Luchemos hoy o nunca por una Cuba sin esclavos
Sintamos en lo hondo la sed enfebrecida de la patria
Pongamos en la cima del Turquino la Estrella Solitaria.



 

Un destino, dos hombres

Un destino, dos hombres

Todo parece indicar que la vida deparó para Antonio Maceo Grajales (1845 - 1896) y Ernesto Guevara de la Serna (1928 - 1967), la confluencia de principios éticos y revolucionarios, que los llevó a una protagóníca participación,  en  diferentes épocas, de nuestras gestas por la independencia.

El primero, desde su incoporación a la Guerra de los Diez Años, evidenció talento como estratega, coraje y un valor que lo llevó a escalar desde el puesto de soldado hasta convertirse en uno de los principales y brillantes jefes de la insurrección iniciada por Carlos Manuel de Céspedes en 1868.

Demostró  fortaleza y capacidad militar en las más de 600 acciones combativas protagonizadas desde las filas del campo insurrecto, méritos suficientes para, ganar los grados de Mayor General y Lugarteniente General del Ejército Libertador.

Pero sin dudas la verticalidad de sus principios éticos y patrióticos lo ubicaron en el centro de  esa página gloriosa de nuestra Historia conocida como la Protesta de Baraguá, con su viril e inclaudicable actitud al rechazar la propuesta de una paz sin independencia ni abolición de la esclavitud.

En la Guerra Necesaria, organizada y dirigida por Josér Martí, fue artífice, junto al Generalísimo Máximo Gómez Báez, de la histórica proeza de llevar los escenario de la beligerancia, desde el oriente cubano hasta el occidente del archipiélago, en la conocida y elogiada invasión.

El Héroe de Dos Ríos, con  visión y agudeza política plasmó, en papel y tinta, su valoración de Antonio Maceo: " Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo. […]

En el desarrollo de la última etapa del proceso de liberación cubano, ganó particular relevancia Ernesto Guevara de la Serna, un médico argentino con profundas raíces internacionalistas y de justicia social, que luego de conocer a Raúl Castro Ruz, en México, se enroló en la aventura revolucionaria del yate Granma, comandada por Fidel Castro Ruz.

Ganada la confianza del líder revolucionario, el Che,  se alistó como soldado en la legión cubana, cuyo propósito era: ser libres o mártires en 1956. Vino en el Granma y en infausto recibimiento de la soldadezca batistiana a los expedicionarios en Alegría de Pío, demostró su fibra revolucionaria y humana al preferir una caja de balas antes que el maletín con los útiles de la medicina.

Así comenzó una real leyenda que lo posicionó como uno de los más  audaces jefes del naciente Ejército Rebelde. Su capacidad la empleó en  el adiestramiento de los bisoños soldados, fue fundador de la escuela de reclutas de Minas del Frío y creador de un conjunto de talleres que posibilitaban rudimentarios medios para el sustento de la guerrilla.

Por su actitud e inteligencia, después de demostrar en la Sierra Maestra su valía como soldado y jefe militar, es nombrado comandante y encargado de extender la guerra revolucionaria, a imagen y semejanza de la épica invasión mambisa, junto a su compañero Camilo Cienfuegos Gorriarán.

En ese trayecto invasor demostró sus cualidades de estrtatega, su irónico sentido del humor y credo incuestionable a los principios de movimiento revolucionario, cuyo núcleo central se encontraba en las montañas orientales.

En 1958, bajo el acoso de las fuerzas de la tiranía batistiana y la naturaleza, en su empeño de coronar la órden de Fidel de llegar hasta el occidente, cruza por el territorio que actualmente ocupa el tunero municipio de Amancio. En estos predios conoce de la efervecencia revolucionaria de la zona y según testigos presenciales, es en estos lares, comienza a usar la icónica boina que inmortalizó la fotografía de Korda.

La épica batalla de Santa Clara lo consolida como soldado y jefe militar a toda prueba, sus dotes de estratega se  incrementan con la toma de la central ciudad y del tren blindado, acciones que le abren las puertas hacia la capital del país, para que asuma otras responsablidades en la directiva revolucionaria tras el triunfo del primero de enero de 1959.

Ministro de industrias, creador de las jornadas productivas en los trabajos voluntarios, formador de cuadros, portador de las ideas del triunfante movimiento reolucionario en visita al campo socialista y los países africanos.

Su extensa hoja de servicios a la Revolución Cubana y entrega total a la construcción de una nueva sociedad cimentada en los principios socialistas, lo hacen merecedor del cariño del pueblo y ser declarado, el 9 de febrero de 1959, como ciudadano cubano por nacimiento.

Sus inquietudes humanitarias e internacionalistas hacen que renuncie a sus cargos en el gobierno revolucionario para empreder su trayecto con el objetivo de contribuir a la independencia de las colonias africanas, al frente de un piquete de experimentados combatientes cubanos.

El fracaso de la misión internacionalista africana, le abre las puerta a su añorado anhelo de luchar por la justicia social y la libertad de los oprimidos de América Latina. Bolivia lo acoge junto a su tropa de fogueados soldados cubanos y lationamericanos.

Allí en medio condiciones adversas, cae en combate, en la Quebrada del Yuro, quedando inmortalizado para todos los tiempos como esperanza de redención y dignidad.  

Jamás pensaron los victimarios de Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna, que sus muertes servirían de fértil abono a todas las causas independentistas, a los movimientos progresistas y de justicia social en todo el mundo. A pesar de sus muertes siguen en el ideario político mundial, como jamás tan vivos.





Donde la Historia vive y crece

Donde la Historia vive y crece

Los primeros vestigios del coleccionismo organizado en esta localidad, según entendidos en la materia, se encuentran en las vitrinas que estuvieron ubicadas en el edificio del sindicato de los trabajadores azucareros, donde fueron vilmente asesinados los sindicalistas Amancio Rodríguez Herrero y José Oviedo Chacón.

Se cuenta que en ese local se expusieron, durante décadas, evidencias documentales, fotográficas, además de objetos y pertenencias relacionadas con la vida de los líderes comunistas ultimados el 18 de septiembre de 1949, y el movimiento obrero.

Un viejo edificio, cuya construcción data de 1942, desde el 11 de diciembre de 1982, acogió las colecciones de marras convirtiéndose, en el museo municipal que se honra con el nombre del principal activista sindical de esta localidad, asentada en el suroccidente de la provincia de Las Tunas.

Una profusa actividad en la preservación y protección del patrimonio material e inmaterial de quienes vivimos en esta tierra, besada por el golfo del Guacanayabo y franqueada por los ríos Yáquimo y Sevilla, caracteriza el desempeño del colectivo de la institución.

Al decir de la licenciada Lisett Martín Marcheco, directora del museo, es destacada la participación de sus museólogos en investigaciones sobre la historia de las diferentes piezas y colecciones atesoradas con pulcritud en la institución, además de potenciar el quehacer artístico cultural de la comunidad.

La directiva explicó que, como saludo al Día Internacional de los Museos, celebración instituida en 1977, se logró rescatar 38 piezas relacionadas con la toma del cuartel de la tiranía por las tropas del Ejército Rebelde y el nacimiento de las Milicias Nacionales Revolucionarias.

Martín Marcheco ponderó la vinculación con las instituciones educativas, mediante charlas, conferencias y visitas dirigidas a las diferentes salas, destacando entre las más recorridas, las relacionadas en con la vida y obra del comandante en jefe Fidel Castro Ruz, arqueología, ciencias naturales, numismática y la de artes decorativas.

Para cualquier visitante, interesado en la rica historia de esta localidad, la visita al museo, sito en la calle "A" entre las avenidas Segunda y Tercera, en el centro histórico de este municipio, es la opción recomendada.

Hasta los ricos emigrados “cubanos” se negaron a ayudarlos del frio y el hambre.

Hasta los ricos emigrados “cubanos” se negaron a ayudarlos del frio y el hambre.

 

Por Alfonso Ramón Naranjo Rosabal

Por la tenaz persecución que fue sometida la familia del mayor general Vicente García y González y ante el temor de ser maltratada por los españoles el general, optó por enviarla a la emigración aun cuando para todos fuera triste la separación pero era la única solución para esos momentos. Carlos Manuel de Céspedes, entonces presidente de la República de Cuba en Armas al saber la decisión tomada por el general Vicente intentó ayudar a Brígida y sus hijos, recomendándola a Miguel Aldama, agente general en New York.

Aunque este los «atendió», llegaron a pasar hasta hambre al no contar con ningún recurso en Puerto Plata, República Dominicana. En busca de mejoría se fue a Jamaica donde residía Tomasa Varona prima hermana del general García y esposa del asesinado brigadier Francisco Muñoz Rubalcaba.

Poco tiempo después añorando la familia lejana sale de Jamaica y pasa a residir en Río Chico, Venezuela, sito donde vivía ya su hija Caridad García junto a su esposo                             Recaredo Arteaga y sus pequeños hijos. Pedro García, junto a su hermano Braulio, residían en la ciudad de Nueva York donde estudiaban.

Imaginó, al general tunero, el León de Santa Rita, «como bien lo llamaron Velazco y Esponda, dignos antagonistas y generales españoles que en más de una ocasión cruzaron aceros en los campos de Cuba Libre». sentado en su hamaca en soliloquio con su propio yo. Su silenciosa conversación así debía haber sido:

[1] Creen, que no sé, cómo trataron a mis hijos Braulio y Pedro en Nueva York. Viviendo de la cariad pública, que si no llegar a ser por el mayor general Francisco Vicente Aguilera, Félix Fuentes, y el Padre Palma, mueren de hambre y frio, en esa ciudad norteña. Aguilera le costeó a Braulio primero, alimentos y ropas, y luego a Pedro, lo mismo, además de la matricula en una escuela de enseñanza militar (al estilo de la época). Todo lo pagó, sin mirar atrás, el hombre de Cabaniguán, de los pocos pecunios de la patria. [2] Fuentes, le dio alojamiento en su cubana casa, mientras el Padre Palma, todo desvelo, trató de encausarlos por mares calmosos.

A mi hijo Braulio, con apenas 9 años, lo tenía bajo su cuidado en Nueva York, casi desde mediados de 1872, el patriota Félix Fuentes, hasta que Aguilera enterado de lo que sucedía le brindo cincuenta pesos fuertes para abastecerlo de ropa apropiada y alimentos, luego hizo lo mismo con Braulio.

En República Dominicana, mi pobre Brígida sufría las de Caín, sin recursos de boca y con poca ayuda, a pesar de las promesas de Céspedes, cuando embarcó, de que llevaría una vida acorde a la realidad dominicana. Pero aldamistas y quesadistas, hicieron oídos sordos a este reclamo, y realmente muy poco le llegó. Aguilera lo relata magistralmente en su diario de fecha 5 de diciembre de 1874:

“Al Padre Palma, a quien encontré allí cuando llegué, [Se refiere a la casa de Govantes, emigrado cubano en Estado Unidos] le oí referir una historia sobre los hijos de Vicente García, quejándose de que Aldama hubiese mandado al mayor [Se refiere a Braulio] que tenía Félix Fuentes, a Puerto Plata, con su madre, que apenas tenía con que mantenerse, que no cómo reunir doscientos y pico de pesos para poner al menor en un colegio. Le dije que yo estaba dispuesto a abonarle lo que faltara para tan noble objeto, pues aunque el poco dinero que tenía era de Cuba, me creía autorizado para disponer de una pequeña cantidad en obsequio del hijo de uno de los patriotas esclarecidos de Cuba. En ese concepto le añadí que arreglase el negocio lo más pronto posible y me pasase una notita de lo que faltase…»

El día 11 del propio diciembre, asentó Aguilera en su diario:

“… Firmé un cheque de doscientos cincuenta pesos, contra mi banco, y se lo llevé al Padre Palma, que me aguardaba en la oficina de Hilario; [Rico abogado cubano en el exilio] estaba a favor de él, y me dio un recibo. Me enseñó la contestación del Director del colegio, en la que le encara que reserve el bajo precio en que admite al alumno. El colegio es un colegio militar, situado en Long Island, y por lo tanto necesita de uniforme, lo que me dijo Palma que pensaba hacérselo al niño, con los cincuenta o sesenta pesos, que le había prometido Echeverría a conseguir entre sus amigos. El Padre Palma em encargó mucho que le manifestase a Vicente García los cuidados y favores que le debía su hijo a Félix Fuentes, y que él [Palma] correría en lo sucesivo con su educación…»

De todo corazón, agradezco a esos patriotas por los gestos y desvelos hacía mis hijos. Es como si me lo estuvieran haciendo a mí. Pero los sufrimientos de Pedro no terminaron así. El día 30 de marzo de1875, sobrevendía un descalabro en la escuela de Pedro, el venerable Francisco Aguilera escribió:

«… Estábamos reunidos [en casa de Govantes], cuando el Padre Palma me enseñó la contestación del Director del Colegio donde está el hijo de Vicente García, en que le dice que le era absolutamente imposible rebajar la pensión de 250.00 $ anuales, en que había cogido a aquel, y que traía en el bolsillo, porque le habían escrito que si por los tres míos [Se refiere a sus hijos] le haría una rebaja, y me añadió que había estado haciendo diligencias con algunos ricos de aquí, para ver si se comprometían a abonarle la pensión. Le contesté que le daba las más sinceras y expresivas gracias, por el favor que pensaba dispensarme, pero que quería relevarlo de ese trabajo que sólo le producía amarguras, sin resultado, porque él debía ya conocer la emigración rica de aquí, que aun así, no cumplirían el compromiso, y tendrían que salir los niños del colegio a los dos o tres meses, por falta de paga.»

Esos ricos, eran los responsables de las expediciones, del envío de efectivo y de avivar la llama de la independencia en Norteamérica. Con que gente se contendía.

Así con esa carga de argumentos y sentimientos debe haber conversado en la intimidad de su pensamiento el mayor general tunero. Amor filial que a pesar de la distancia no podía obviar de ningún modo.

Hay varios criterios sobre la estancia de Braulio García Záldivar en la manigua cubana uno de ellos el más difundido explica que cuando cumplió los 13 años, viajó desde Jamaica a los campos cubanos a unirse a su padre en la guerra.

Braulio nació el 30 de marzo de 1863 cumplió los 13 en 1876 el año de la famosa toma de Las Tunas. El entonces vicepresidente de Cuba en Armas el mayor general Francisco Vicente Aguilera de quien hemos citado páginas de su diario en Nueva York es claro en sus apuntes. Desde 1872 y hasta finales de 1875, él referencia la presencia de Braulio y Pedro García Záldivar en Nueva York, no los llama por sus nombres pero afirma «los hijos de Vicente García» y el general sólo tenía dos hijos varones y eran estos.

Por tanto se infiere de que Braulio se unió a Pedro en 1877, y no es correcto según las notas del diario del general de Cabaniguán, ya estaba allí como dije desde el 72, cuando llegaron a Puerto Plata en la República Dominicana acompañando a su madre desde Cuba.

Lo otro y más lógico es que para finales del 75 y principios del 76 el haya viajado a Cuba. Se dice que Brígida lo envió desde Jamaica. Brígida abandonó Puerto Plata en los primeros meses del 73, y se residencio en Jamaica junto a la prima hermana del mayor general, Tomasa Varona. Y ya entre ese año y el 74 parte a hacer compañía a su hija Caridad, en Río Chico en el Barlovento venezolano. Por esto es imposible de que haya enviado a Braulio a pelear a Cuba desde Jamaica donde ella ya no residía y tenía apenas contactos. De haber sucedido debió de enrolarse en alguna expedición de las escasas que por esos años partían a Cuba.

Hay algo que da fe a lo que explico, en ningún momento el general tunero hace referencia en su diario a su hijo Braulio y en esa época por ejemplo Céspedes, hacía alusión a de cada uno de los pasos de su hijo Carlos: cada fiebre, cada gripe, cada golpe de disentería lo anotaba, era normal y testimonio de que él lo había acompañado.

En el diario de García González, tales señalamientos que den fe de la estancia de su hijo mayor en la manigua cubana, no existen.

Soy de la opinión, de que Braulio no retornó a Cuba tras la partida en 1871. Su manigua fue la lucha contra el déspota Guzmán Blanco en Venezuela donde pereció en el empeño junto a un grupo numerosos de venezolanos en el año de 1884, cuando apenas tenía 21 años.

 

Tomado del libro en preparación: Soliloquio: el general dice su verdad. Del autor.



[1]   Los textos en cursiva, donde se le da voz a Vicente García, pertenecen al libro en preparación: Soliloquio: El general dice su verdad, del autor.

[2]  El su Diario de Nueva York, Francisco Vicente Aguilera hace referencia en varias ocasiones a la situación que presentaban los hijos de Vicente García, y de la poca o ninguna amabilidad y benevolencia, que se tenía con los vástagos del patriota tunero

El más brillante de los guerrilleros

El más brillante de los guerrilleros

Camilo Cienfuegos Gorriarán, fue fruto del pesamiento emancipador y revolucionario nacido de las luchas libradas por diferentes generaciones desde el mambisado hasta la República neocolonial, impuestas al pueblo cubano por los imperios español y norteamericano, en ese órden.

Nacido el 6 de febrero de 1932, en La Habana en el seno de una familia de procedencia española, y ya, desde fecha tan temprana como el año 1954, sus ideas revolucionarias alcanzan la suficiente madurez, evidencia de ello es su incorporación a piquetes juveniles que veían en el tiránico régimen de Fulgencio Batista, un  peligro para la democracia y libertades públicas.

Aquel escenario le permitió asumir posiciones a favor del movimiento, que comandado por Fidel Castro, consideraba la lucha armada como única vía que condujera al derrocamiento del engendro gubernamental nacido del 10 de marzo de 1952.

Según narran historiadores, Camilo se convirtió en fiel colaborador de Fidel Castro, acompañándolo en la histórica expedición del yate Granma, acción  que propició el establecimiento de un foco guerrillero en la Sierra Maestra, grupo montañoso ubicado en la zona oriental del país.

A Camilo, su compañero de luchas e ideales, Ernesto Ché Guevara, lo  consideró el más brillante de todos los guerrilleros que integraron el naciente Ejército Rebelde. De él elogiaba la afabilidad y jovialidad en el carácter, la temeridad y valentía en los combates, y la lealtad sin límites a la lucha revolucionaria y a su jefe, Fidel Castro.

Sus dotes de estratega y capacidad para conducir tropas, permitieron que Fidel lo encargara de extender la guerra desde el oriente hasta el occidente del país al frente de la columna "Antonio Maceo", agrupación que se convirtió en la primera en abandonar el lomerío de la Sierra Maestra y avanzar al llano.

Después de su paso por el territorio de nuestra localidad y adentrarse en la provincia de Camaguey, en unión con el Che Guevara, libró la decisiva batalla para tomar Santa Clara, despejando de esa forma el camino hacia la capital del país para consumar el triunfo revolucionario.

Muchas fueron las páginas gloriosas que escribió el comandante rebelde, acciones bélicas que hicieron de él un hombre orlado de leyendas de arrojo, capacidad de mando, humanismo y valentía, coronándose esas realidades en la toma y rendición de la guarnición que defendía al poblado de Yaguajay.

El triunfo revolucionario de Primero de Enero de 1959, permitió el crecimiento del "Señor de la Vanguardia" como uno de los hombres imprescindibles  de la naciente Revolución.

En cumplimiento de una indicación de Fidel, partió para deshacer  un intento contrarrevolucionario que se fraguaba en Camaguey, al regreso, ya cumplida la encomienda, el avión en que viajaba desapareció en el mar.

Desde entoces, cada 28 de octubre, se recuerda al comandante de la sonrisa franca y el sombrero alón. Un pueblo entero deposita, en su honor, flores en el mar, mientas que por derecho propio se levanta como un paradigma de las presentes y fururas generaciones de cubanos que ven en su ejmplar trayectoria y legado una nutricia fuente de inspiración para defender al Revolución.

Mariposa y heroina

Mariposa y heroina

Mariposa y heroina
Cuentan que  por las serranías una mariposa de humano vuelo, con flores al ristre y un humeante cigarro en la diestra, empinaba su eterna presencia en lomas preñadas de helechos y critalinas corrientes de agua fresca y pura. 
Refieren que en las oscuras noches, cuando la luna duerme, la policromía de sus alas, ilumina con rayos de esperanzas y dignidad, inhóspitos senderos, mientras se refleja en riachelos y despeñaderos.
Se conoce que el 9 de mayo de 1920 vino al mundo nuestro, que cual visionaria premonición fue inscripta como Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley. Sin superticiones,  banales creencias o prediciones de algún oráculo, su destino   siempre estuvo orlado por la justicia y el desinterés.
Muchos recuerdan su escalada, junto al querido padre, hasta la cima del más alto pico para, allí junto a las nubes, en el alba y los crepúsculos, eternizar el busto del bien llamado "más universal de todos los cubanos".
Difícil olvidar la niñez de inquietudes y aprendizajes. La adolescencia fértil y nutrica, donde la savia familiar fue el señuelo para delinear una personalidad ungida de atributos como la honestidad, la dignidad y la entrega sin límites a las justas y populares causas.
Hay historias escritas en los esteros de Las Coloradas y los marabuzales de Manzanillo. Muchos son los que recuerdan sus pininos conspirativos, esos que le llevaron a convertirse en la fiel colaboradora y,  más tarde, en guía de cuanto joven pusiera rumbo hacia el lomerío donde se fraguaba la ansiada libertad nacional.
Ante el peligro que acechaba cada uno de sus pasos, no hubo otra alternativa que emprender el camino a las montañas para vestirse del verde olivo rebelde. Fue artífice y protagonista del pelotón femenino, confesora, consejera y albacea de cuanta idea, proyecto o acción naciera del prolífero pensamiento del gran líder, conductor y maestro.
Gracias a su meticulosidad al conservar el más mínimo escrito, orden militar o documento, las presentes y futuras generaciones pueden  estudiar en archivos y museos, importantes pasajes de nuestra última gesta independentista.  
Las luces del triunfo la sorprendieron en las serranías orientales. Arduo su desempeño haciendo honores a su nombre de pila. Forjó una conciencia para atender a desvalidos, que nadie quedara desamparado, incluido los hijos y viudas de aquellos que estuvieron en trincheras opuestas al anhelo popular.
Muchas fueron las muchachas serranas, que del rudo apego a los aperos agrícolas, acariciaron por vez primera máquinas de coser, útiles para bordar y otros laboreos domésticos. Muchas las familias que hoy le agradecen infinitamente sus desvelos, preocupaciones y  las carreras universitarias y profesiones de sus retoños.
Su alta investidura, responsabilidades partidistas y gubernamentales, su posición de vanguardia al lado de Fidel o en el Parlamento, no menguaron, en lo más mínimo, su sencillez, modestia y vocación humanista. Por eso a un siglo del alumbramiento, cual profecía, su humano vuelo, con flores al ristre y un humeante cigarro en la diestra,   emprende el mismo rumbo para acompañar con su ejemplo a ese pueblo que enfrenta renovadas batallas, convencido de la victoria.

Un poeta, una generación

Un poeta, una generación

El joven que pasó a los anales de la historia patria como el "Poeta de la Generación del Centenario", nació en La Habana, el 14 de diciembre de 1928. En su  adolescencia sintió preferencia por la poesía, la filosofía, los deportes; era apasionado y activo  colaborador en emisoras de radio y actos cívicos. Ya, florecían sus ideales de justicia y dignidad.

En el Instituto de Segunda Enseñanza sobresale por sus dotes de escritor, afición que lo lleva a colaborar en el periódico "El Estudiantil". Aprovecha ese espacio para denunciar males tales como: la inmoral venta de notas, abusos con profesores, estudiantes y empleados. El resultado de a esa actitud, fue la expulsión de la institución educativa.

Logra graduarse de bachiller en el Instituto de la Víbora, luego se inicia como profesor, descubriéndo en la pedagogía su verdadera vocación, interrumpida al involucrarse en los sucesos del asalto al cuartel Moncada de Santiago de Cuba.
Su ingreso al Partido Ortodoxo y su vinculación con la juventud afiliada a esa corriente política, consolida sus principios éticos y revolucionarios,  se evidencian en su manifiesto "Revolución sin juventud", denunciando, de esta forma, a los usurpadores del porder tras el golpe de estado del 10 de marzo de 1952.

Ante la imposibilidad de publicar el texto, lo imprime en su casa en un mimiógrafo con el nombre de "Son los mismos".  Más tarde se lo presenta a jóvenes de la talla de Abel Santamaría, Melba Hernández y Jesús Montané. No transcurrió mucho tiempo para establecer contacto con los hermanos Castro Ruz. Inmediatamente Fidel le sugiere nombrar al naciente periódico como el "Acusador".

Tras ese encuentro, Raúl Gomez García queda prendado de los ideales y principios del naciente movimiento político y se enrola, en lo que más tarde se conocería como la Generación del Centenario.
Ya en la granjita Siboney, en la madrugada del 26 de julio de 1953,  redacta el manifiesto "Ya estamos en combate" a instancia del jefe y principal organizador de la acción que pretendía iniciar la lucha armada contra el tiránico regimen de Fulgencio Batista.

Gomez García en encendida arenga leyó el texto que pasó a la historia como el manifiesto del Moncada.
El joven poeta fue asignado a la toma del hospital civil "Saturnino Lora". Fallido el factor sorpresa, resulta herido; en esas condiciones y conciente del fracaso de la misión encomendada, pidió a un empleado del centro médico un papel donde escribió "Caí preso, tu hijo". Después de su asesinato por los esbirros del batistato, su madre, Virginia García, recibió la nota con la infausta y terrible noticia.

Triunfante la Revolución por la que entregó su valerosa vida, el legado de Raúl Gomez García,  quedó incrustado para la eternidad, el 14 de diciembre. Fecha escogida como homenaje a su inclaudicable postura ética y revolucionaria y pretexto para reconocer a los trabajadores de la cultura, reconocida por Fidel como " Espada y escudo de la nación cubana"

Más que un destacamento, una fragua

Más que un destacamento, una fragua

Y nos convertimos en maestros, que es lo mismo que creadores. Con más principios que conocimientos integramos la Legión de combatientes creada por Fidel para cimentar sobre las ruinas de la ignorancia un fascinante mundo de luz y sabiduría.

Los planteles edificados en remotos parajes, sirvieron de cuarteles a bisoños gladiadores, que a la vez que enseñaban, se introducían en los vericuetos de la pedagogía nacida con la triunfante Revolución de enero,  materializando el martiano principio del estudio y el trabajo.

El legado de los jóvenes que respondieron, con manuales y cartillas, al llamado del líder de la Revolución para convertir a Cuba en territorio libre de analfabetismo, se concretaba, en esta ocasión, en el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, que ya transita por sus cinco décadas.

Se vindicaba, de esa forma, a los mártires de aquella gesta diseñada para arrebatar a las grandes masas desposeídas, de las fauces oscuras de la ignorancia, la injusticia y la carencia del inestimable derecho humano de dominar las letras.

Al paso de unas cinco décadas, de esa inolvidable y ya histórica epopeya, atesoramos esos pretéritos aprendizajes, convertidos hoy en eficaces herramientas ideológicas, destinadas a la formación del hombre nuevo soñado por el Che y con el único itinerario y destino de dar continuidad a  esta Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes.

Donan trofeo a Museo del Deporte

Donan trofeo a Museo del Deporte

Desde este viernes el trofeo que acredita al equipo de fútbol de la categoría nueve diez años como subcampeones del octavo torneo Giustino-Fabio Di Celmo In Memoria, podrá ser visto en las salas del museo del Deportes del municipio de Amancio.

Auspiciado por el grupo de Amistad Italia Cuba, el evento tiene como objetivo desarrollar la práctica  del más universal de los deportes en niños y jóvenes de la provincia de Las Tunas.
El licenciado Ernesto Reyes Fuentes, director del movimiento deportivo local, destacó los resultados de los atletas infantiles y la necesidad de preservar para las actuales y futuras generaciones los triunfos del sector.

Al inicio de la ceremonia, Juan Michel Viñales Fonseca, capitán del equipo y Lucas Fonseca López, líder goleador del campeonato, depositaron una ofrenda floral, en la placa que honra la memoria de varios mártires de la localidad.

La donación del trofeo al museo del Deporte, se inserta entre las acciones que se desarrollan aquí por el centenario del natalicio de Amancio Rodríguez Herrero.

Ni olvidados ni muertos

Ni olvidados ni muertos

Una columna humana porta el tributo de todo un pueblo. Es 7 de diciembre. Mañana cálida, se juntan el insurrecto machete con el fusil internacionalista. El silencio corroe cada piedra. Blasón sagrado que protege y convoca.

En los altavoces resuenan 11 nombres, nombres grabados en  lápidas marmóreas. 11 nombres tallados en el Olimpo de la agradecida Patria.

Rosas rojas coronan cada nicho. Lágrimas inundan mejillas. Lágrimas de dolor, lágrimas de sentimiento, de orgullo, compromiso y reto.

Es 7 de diciembre. El Titán ordena carga al machete. La manigua  se tiñe de patriotismo.  La caballería enrumba por senderos de futuro. Los retoños se empinan, el legado los llama.

El aire de la cálida mañana trae la tristeza por la pérdida reciente. En los altavoces melodías esculpen  Héroes, que venidos al presente guían con su inmortalidad.

No son muertos. Son monumentos de humanas razones, clarines de indómita estirpe. Contagia el sublime  gesto de ideas vestido. Sus luces florecen en fértiles semillas. Ellos no están ni olvidados ni muertos.

Amancio rinde tributo a los mártires

 

Amancio rinde tributo a los mártires

 

Los 99 de El Gallego

Los 99 de El Gallego

Al conjuro de las virtudes, como premonición de justeza y premio al amor, el grito de un recién nacido anunciaba el advenimiento de un ser predestinado a luchar por lo digno, justo y humano.
Era un día claro, de esos que invitan a vivirlo con intensidad hasta consumir sus 24 horas. El nombre del lugar presagia diversidad. El calendario marcaba el 16 de octubre de 1917.
Cuatro Caminos,  lugar del nacimiento, en los predios del Cascorro camagueyano. Dicen que doña Valeriana y su esposo Basilio, españoles de pura cepa, inculcaron rectitud, apego al trabajo honrado y mucha dignidad a la prole concebida en matrimonio, de la cual fue el primogénito.
Pudo desandar los sederos de las  primeras letras y números en aquel lugar de extremo desamparo urbano, pero rico en virtudes naturales. Afincó la voluntad al estudio y se dice que de manera autodidacta, incursionó en el mundo del conocimiento y el aprendizaje.
Con a penas 12 años es traído a la colonia de Sevilla, sitio con nombre de río y que recuerda a la España de los hacendosos padres. Pocos kilómetros separan el rústico lugar del ingenio Francisco. Un hilo de cordones férreos y un maltrecho terraplen sirven para el enlace.
La precaria situación de la familia, crece como la espuma. Ya suman cuatro bocas para alimentar. Don Basilio  establece campamento en La Lomita, asentamiento más cercano al central azucarero y potencialmente con otras oportunidades para el trabajo agrícola. El tiene 16 años.
Corre el año 1934.  Descubre los secretos del rudo laboreo en el campo. Entre surcos y arados  despiertan sus inquietudes revolucionarias. Participa en reuniones; aprende; estudia literatura política, pide alistarse y seguir el ejemplo de Pablo de la Torriente Brau. Allí también se relaciona con Arsenio Yero, líder del Partido Comunista, se sumerge en los andares de la ideología. Con 20 años, es admitido en la organización política.
Gana prestigio por el sudor derramado y la verticalidad de sus principios en favor de las demandas obreras y campesinas. Integra el comité gestor del sindicato. Al nacer ese gremio, en 1939, primero resulta electo vicesecretario y en poco tiempo, secretario general del Sindicato de los Trabajadores Azucareros del central Francisco y sus colonias.
A partir de ahí se inició una larga carrera de luchas sindicales y políticas. Escala a la Federación de Trabajadores  de la provincia de Camaguey y más tarde secretario agrario de la Federación Nacional de Trabajadores Azucareros, dirigida por Jesús Menéndez Larrondo.
En esos ajetreos se convierte en máximo dirigente de Partido en el término municipal de Santa Cruz del Sur. Fue concejal, pesador de cañas y  despachador de gasolina. Conoció a Aleida Aleaga, de la unión nacieron Julio y Juan.
Nunca claudicó. Mantuvo una trayectoria incorruptible. Siempre fiel a los principios proletarios. El desinterés a lo personal lo llevó a sufrirr necesidades propias de  desposeídos, la firmeza fue asidero, lacayos y traidores sus victimarios. Sabía que la muerte injusta asechaba. No conoció el miedo. El 18 no fue su número de suerte, tampoco septiembre su mes favorito. 1949, año fatídico.
Transcurrido 99 octubres del alumbramiento, en un  céntrico espacio del antiguo  central Francisco, un monumento perpetúa para la eternidad, el ejemplo y  la vigencia de una vida trunca, pero fértil y útil. Un pueblo entero, orgulloso de la Historia, exhibe el compromiso de la fidelidad a El gallego, aquel hombre sencillo que trascendió a su tiempo con el nombre de: de Amancio Rodríguez Herrero.

Amancio/incorruptible varon/de invencible septiembre fundido/la vida engendró en ti un
Cantor de justicias y ardores/Amancio escapas de la muerte/para llegar vestido de cañaverales y surcos/cual Quijote  de sueños y realidades/vives como orfebre  de proletarias rebeldías/Amancio, obrero con estatura de miel y sacarosa/campesino de ideas encendidas/resurges  hecho profeta de principios y futuro/eternizándote navegante en ell tiempo/eres ejemplo anclado/en el pedestal de tu pueblo.(versos del autor)

Caminata por la Historia

Caminata por la Historia

Su paso por ciudades, poblados y barrios no obedece a desatinos de la vida y mucho menos es consecuencia del carácter aventurero de cuatro hombres que desafían lodazales y un sin número de obstáculos para coronar una caminata de más de medio centenar de kilómetros en aras de preservar una trozo de nuestra Historia reciente.

-“Hace seis años que realizo esta caminata. En primer lugar como homenaje a aquellos combatientes. Muchos de ellos fueron mis compañeros y también porque considero que cada cubano digno, debe recordar a quienes murieron para conquistar la sociedad que disfrutamos hoy”

Así se manifiesta Sergio Vega Hernández, un hombre de “armas tomar” que exhibe con sano orgullo sus bien conservados 82 años. Fue combatiente de la clandestinidad e integrante de la columna 13 Cándido González y es el principal protagonista de esta ofrenda.

A su lado, moviendo constantemente las manos y con trazas de más de siete décadas de vida, Esmel Arias Labrada, un licenciado en Biología y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, se confiesa eterno enamorado de la Historia.

-“Fue por medio de Sergio que me incorporé a esta aventura patriótica. Considero que en ella aprendemos de los protagonistas, esos que son fuentes vivas de cada suceso, visitamos los sitios y de una vez, le damos vida a nuestros años”

Esmel confiesa que durante su etapa de docente, dedicaba cinco minutos de cada clase para hablarles a los estudiantes de algunas páginas de la Historia Patria, que ha participado en caminatas hacia y desde diferentes lugares comprometidos con nuestras luchas por la independencia.

Junto a ellos Ennys Pompa Casas y Reynaldo Ramírez Acosta, jóvenes campesinos asociados a la Cooperativa de Producción Agropecuaria “Mártires de Cascorro” del camagueyano municipio de Guáimaro, quienes asumen el proyecto como acción revitalizadora de la Historia patria.

La columna número 11 “Cándido González” salió el 8 de septiembre de 1958 desde las Vegas de Jibacoa en la Sierra Maestra con la misión de establecer un frente en Camagüey. Esta formación la integraban 65 combatientes comandados por el capitán Jaime Vega.

El 27 de septiembre de 1958, al llegar al Batey conocido como Pino 3 la tropa fue emboscada y es prácticamente aniquilada.

Entrañable Fidel

Cartel 90 cumpleaños FidelNosotros los miembros del III Contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, nos reunimos para desearte muchas felicidades en tu noventa cumpleaños a la sombra de los árboles que cobijaron tu nacimiento.

Es preciso decirte que pervive en nosotros el bichito de instruir y enseñar y que en cualquier lugar sentimos el orgullo de ser frutos de tu proverbial capacidad creadora que nos llevó, siendo aún unos niños, a formar parte de tu segunda oleada de alfabetizadores.

Te confesamos que a la vez que enseñamos en las escuelas en el campo, aprendimos y nos forjamos como profesionales y seres humanos. Podemos asegurarte, martiano de pensamiento y obra, que asumimos para siempre el postulado del Maestro donde reza  que: “educar es poner coraza contra los males de la vida”

Gracias por tu ejemplo, hacedor de aventuras humanitarias, retador de la muerte y orfebre de la justicia y la vida. Recibe en tu cumpleaños nuestras más sinceras felicitaciones y un montón de abrazos multiplicados de los que estamos y los ausentes.

Integrantes del III Contingente Destacamento Pedagógico. ISP Holguín

Conjunto Histórico de Birán, 6 de agosto de 2016

Memorias de un Manolito

Fue un día cualquiera del año 1976. Unidad docente de Mayarí, municipio ubicado al noreste de la  ciudad de Holguín y que acogió con sincera hospitalidad a un grupo de jóvenes que al llamado de la máxima dirección del país, respondió incorporándose al programa emergente de formación de profesores, conocido como Destacamento Manuel Ascunce Domenech.

Todas y todos llevábamos el morral  lleno de ilusiones. Fuimos sedientes de aventuras, pero siempre nos unió el compromiso y la palabra empeñada. Resultó difícil acostumbrarse al llamado de profesor o simplemente, profe. Nuestras edades competían con la de los destinatarios de la misión docente encomendada.

Así crecimos los llegados del Balcón del Oriente y los hijos de la tierra de Calixto García. Quiso la vida unirnos por el cordón umbilical de la amistad, la solidaridad y hasta, de cierta manera, la inocencia.

Recuerdo con particular frescura el recorrido del ómnibus Girón por las arterias que bordean las riberas  del río que ennoblece la hidalguía de la norteña urbe, hasta la sede donde un grupo de nobles, preparados y dispuestos profesores nos conducían por los  vericuetos del conocimiento y el saber.

Fue en una de esas inolvidables jornadas que la profesora Graciela Quiala, encargada de adiestrarnos en los misterios de la Psicopedagogía, contagiada por el ambiente juvenil  y el desenfado del grupo, me disparó a boca de jarro una pregunta de comprobación, para la que, a estas alturas, no acabo de encontrar  respuesta.

Pero el craso error de la profe Quiala fue llamarme por el mote cariñoso y coloquial con el cual mis  allegados suelen nombrarme. Rápidamente, a la velocidad de un rayo, apareció la escusa y el pretexto que añadía valor justificativo a mi fi alta de estudio:

 -¡Soy Naquy para mis compañeros! - le espeté con centelleante agilidad,  para    acto seguido añadir  con firmeza:

- ¡Para usted, soy el estudiante Rafael Aparicio Coello!

La profe Quila no se inmutó, continuó su disertación. Su trato hacia mí no llevó carga de rencor alguno, fue afable y locuaz, pero nunca, estudiara o no, mis notas en Psicopedagogía, rebasaron la calificación de tres.

Perpetuar la historia

Perpetuar la historia


" los hechos legítimamente históricos ...dejan de ser fecundos, y aun grandiosos, en cuanto se apartan de su nación y de su época" este pensamiento del Héroe Nacional cubano, José  Martí, sirve de sostén a la dirección de Patrimonio Cultural en el municipio de Amancio, para desarrollar un proceso de rescate, restauración y señalización de sitios que marcan los derroteros de la historia local.

Al decir de la licenciada Liset Martín Marcheco, directora del museo  en esta comarca ubicada al suroccidente de la provincia de Las Tunas, el proyecto forma parte de los lineamientos de  trabajo de la institución y  tiene entre sus principales objetivos legar a las futuras generaciones una poderosa arma para defender la identidad nacional y las ricas tradiciones de lucha  de nuestro pueblo.

Martín Marcheco especificó que  se restauraron las tarjas de identificación del sitio que marca el paso, en 1958, de la columna número dos, comandada por Camilo Cienfuegos, en la comunidad de El Uno, además de los restos del antiguo trapiche Madre Vieja, situado en áreas del ingenio.

Otros  lugares históricos favorecidos con el programa restaurador son el local del sindicato azucarero y el monumento erigido,en la convergencia de la avenida Sergio Reinó y la calle "A", al inclaudicable luchador sindical Amancio Rodríguez Herrero.

Para el escultor y artesano Agustín Fernández Álvarez, principal ejecutor del ambicioso proyecto, en los trabajos prima la calidad y el respeto a la verdad histórica.

 

Tarja ubicada en el local sindicato del azucarero y que recuerda el homenaje a los mártires internacionalistas. Foto: Rafael Aparicio Coello

 

Tarja ubicada en el local sindicato del azucarero y que recuerda el asesinato de los líderes sindicales Amancio Rodríguez Herrero y José Oviedo Chacón. Foto: Rafael Aparicio CoelloRestos del trapiche Madre Vieja. Foto: Rafael Aparicio Coello

 

Tributo en un libro

Tributo en un libro

Me mira fijo. Ladea la cabeza como queriendo evitar hablar sobre lo que escribió y califica como su obra primigenia. A reglón seguido me cuenta, "Equinoccio de los Héroes", nació como una necesidad, una explosión del sentido común, homenaje y admiración por la epopeya escrita por los cubanos en tierras africanas y en especial, 11 hijos de este terruño".

"Realmente me venía por las venas la oralidad heredada de Antonio, mi abuelo  materno y Dora, madre querida y  guía espiritual. Esos atributos,  junto al patriotismo iluminaron cada trazo, estimularon el estudio, la investigación y escoltaron,  hasta el final, las ideas, escritos, testimonios".

Juan Bautista Benítez Suárez (escritor, poeta y abogado) se pasa la mano por la frente como queriendo ahuyentar el olvido. Frunce el seño, mueve insistentemente la pierna, mientras un cigarrillo humeante reposa entre los dedos de la mano izquierda.

Me cuenta de las largas jornadas dedicadas a la lectura, de las oportunidades  para pasarle la vista a vitales documentos, incluidos en el libro. Este amanciero  de hablar cadencioso y una conversación sin espacio para el tedio, siente el azul  orgullo de rendir tributo a una pléyade de jóvenes, que abanderados con la coraza ideológica del pensamiento de José Martí y Fidel Castro, sembraron en el África la bandera de la solidaridad y el internacionalismo.

Pienso que en el aniversario 24 del regreso victorioso de los cadáveres   icónicos de los caídos en defensa de la humanidad, la lectura de "Equinoccio de los Héroes", reconforta, estimula y honra.

Cinco años después

Cinco años después

Lo recuerdo como si fuera en este instante. La noticia se esparció como pólvora. De voz en voz la buena nueva era: ¡Raúl está en Guayabal! Era de esperar, entre la noche del 8 de noviembre de 2008 y la madrugada del 9, la furia de la naturaleza, identificada como el huracán Paloma, ocasionaba serios daños en el  apacible poblado de Guayabal.

Recuerdo que desde horas de la mañana un inusual ajetreo se apoderó de la cotidianidad lugareña. Guayabaleros que vieron afectado su patrimonio personal buscaban asideros en las comisiones gubernamentales que evaluaban los  destrozos ocasionados por el meteoro.

Otros deambulaban  en busca de historias que recopilar y luego  contar: “que si a fulano le llevó el techo de la vivienda”, mientras que “a mengano le arrancó de a cuajo la puerta y ventanas de la casa”.  Que si yo  “nunca había sentido vientos tan fuertes; el agua llegó hasta aquí”. Así un rosario de realidades e invenciones populares.

Luego de haber vencido la distancia que separa al núcleo principal del municipio de Amancio con el costero asentamiento, el chofer  de la moto Jawa, Israel Delgado,  me acompañaba a disfrutar  un trago de café  colado por las expertas manos de mi cuñada Monga, cuando el comentario de la sorpresiva visita, comenzó a recorrer el litoral.

En minutos y después de mucha cautela, previa identificación como representante de la prensa municipal, pude llegar a escasos metros del compañero Raúl, quien en esos momentos dialogaba con los vecinos y les explicaba las afectaciones causadas por el huracán y las medidas adoptadas por el gobierno.

Aquello de ver al presidente de mi país en medio de la muchedumbre no me resultó extraño. Es una conducta nacida en las lomas de la Sierra Maestra, cuando   Fidel  aprovechaba cualquier momento para explicar al campesinado los objetivos  de la Revolución es una procedimiento que se mantiene hasta nuestros días.

El presidente cubano,  Raúl Castro Ruz, escuchaba con atención  el reclamo de áreas deportivas y  la voluntad de la mayoría de los pobladores del  pueblito de pescadores para convertirse, recursos materiales mediante, en protagonistas del resurgimiento de Guayabal.

Ante la mirada atenta de José Ramón Machado Ventura y otros dirigentes políticos, gubernamentales y jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Raúl ratificó el compromiso de la Revolución de no abandonar a nadie. No hizo promesas y sólo en el intercambio con este escribidor, enunció la posibilidad de volver cuando la recuperación fuera una realidad y los daños del “Paloma”, un triste recuerdo.

El mandatario cubano orientó, explicó, sugirió, preguntó y recorrió el litoral. En cada encuentro con la comunidad derrochó comprensión, dio aliento y motivó la colaboración popular.

Un nuevo caserío formado por modernas y confortables viviendas; servicios médicos, centro escolar, áreas recreativas y deportivas, el protagonismo de un pueblo empeñado en la transformación de su realidad y la alegría de un pueblo,  son el mejor  homenaje al aniversario de la visita de Raúl Castro Ruz a Guayabal, el 10 de noviembre de 2008.